“El orgullo de los mediocres consiste en hablar siempre de sí mismos, el orgullo de los grandes hombres en no hablar nunca de ellos”
-Voltaire
Aunque el orgullo puede ser una fuerza positiva que impulsa el crecimiento y la autoestima, también puede transformarse en arrogancia, una actitud negativa que puede dañar relaciones y distorsionar la percepción que uno tiene de sí mismo.
El objetivo del orgullo sano es fomentar el autoconocimiento positivo y un sentido de satisfacción personal. Nos conecta con la admiración por nosotros mismos, nos permite reconocer lo que somos y satisfacernos por algo que logramos o por alcanzar una meta. Además, el orgullo puede extenderse a los logros de otras personas cercanas a nosotros, como un hijo, un amigo, o un hermano, sintiéndonos orgullosos de los éxitos de los demás.
De acuerdo con la psicóloga Jessica Tracy, autora del libro Take Pride: ¿Por qué el pecado más mortal guarda el secreto del éxito humano? El orgullo es parte de nuestra herencia evolutiva y juega un papel crucial en nuestra capacidad para sobrevivir y prosperar en sociedades cooperativas. Tracy argumenta que esta emoción nos motiva a comportarnos de manera congruente con los valores de nuestra sociedad y nos impulsa a ser la mejor versión de nosotros mismos.
“El orgullo es una emoción humana fundamental que, en su mejor forma, puede impulsarnos a alcanzar la grandeza, construir comunidades y vivir de acuerdo con nuestros valores más elevados. Pero también es una emoción que, si no se controla, puede conducir a la arrogancia, el egoísmo y la caída.”
-Jessica Tracy
Además, Tracy señala que aquellos que experimentan orgullo de manera regular tienden a ser personas extrovertidas, amistosas, tranquilas y creativas, y suelen valorar mucho sus relaciones y amistades. De este modo, el orgullo puede llevarnos a sentirnos competentes y aceptados en nuestros grupos sociales, reforzando tanto nuestra autoestima como nuestra conexión con los demás.
Entonces el sentimiento de satisfacción o placer por los logros, capacidades o méritos propios, por algo en lo que una persona se siente concernida hace referencia al concepto de orgullo. Emoción que nos permite vernos a nosotros mismos desde una perspectiva externa, valorando nuestras acciones o atributos en un contexto social más amplio. Las investigaciones recientes sobre emociones reportan que el orgullo está compuesto también por una expresión no verbal universal e identificable en varias culturas, caracterizada por una sonrisa leve, postura expandida y cabeza levemente inclinada hacia atrás.
El Orgullo Auténtico está asociado con la autoestima y la confianza en uno mismo. Surge cuando reconocemos nuestros logros de manera justa y equilibrada, sin menospreciar a los demás. Por otra parte, el Orgullo Arrogante se relaciona con una visión exagerada de uno mismo, ya que se manifiesta cuando nos consideramos superiores a los demás debido a nuestros logros o cualidades, lo que puede conducir a actitudes de menosprecio o condescendencia.
Al ser el orgullo un sentimiento relacionado con el sí mismo, la autovaloración y la sensación de eficacia existen un conjunto de herramientas que permiten potenciarlo de manera saludable.
Es fundamental practicar la autorreflexión y gratitud. Haz una lista de tus logros personales incluyendo aquellos que parecen irrelevantes, como por ejemplo, levantarse a la hora, vestirse bonito y lograr una excelente reunión con las jefaturas. También agrega al menos tres cosas de las cuales te gustaría agradecer. Para terminar identifica una conducta o actitud que te gustaría mejorar en los próximos días.
Otro ejercicio práctico que potencia nuestro orgullo es el reflexionar sobre cómo otras personas han participado en nuestro logros, reconocer su ayuda, confianza y/o apoyo e identificar lo que te hace sentir orgulloso de ellos.
En conclusión, el orgullo es una emoción multifacética que puede tener un impacto positivo en nuestra autoestima y en nuestras relaciones sociales, siempre y cuando se gestione de manera saludable. Practicar la gratitud, la autorreflexión y el reconocimiento de los logros propios y ajenos puede ayudarnos a mantener el orgullo en un equilibrio constructivo, evitando caer en la arrogancia y fomentando un sentido de satisfacción personal que sea a la vez inclusivo y respetuoso con los demás.
Equipo Quila
Arlette Solar y Karolina Fernández
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